A principios de 2014, la Subsecretaría de Deportes de la Municipalidad creó La Liga Barrial de la Juventud, un espacio gratuito para que los adolescentes jueguen y practiquen su deporte favorito, ya sea handball, voley, básquet o fútbol. La primera Liga Barrial de Fútbol comenzó con cinco equipos; el sábado pasado, un año después, cuenta con 13, convocados por los mismos chicos.
En el marco del Torneo de Fútbol, se buscó implementar uno de los programas que lleva adelante la Subsecretaría desde hace tres años en diferentes barrios de la ciudad: Fútbol Valorado – Fútbol Noche.
La metodología consiste en que antes del inicio del partido se reúnan los dos equipos en la mitad de la cancha y entre ellos deciden las reglas del partido que van a jugar, de qué manera se hacen los córners, los laterales y todos aquellos detalles que a hacen a las reglas del juego.
Una vez que se establecen las reglas, deben ponerse de acuerdo en que valor van a poner en juego. La Liga le otorga dos puntos al ganador, uno por equipo en caso de empate, aunque en cada partido hay otro punto en disputa, el punto valorado, y son ellos quienes deciden qué aspecto ponen en juego. El partido se desarrolla sin árbitro, sin una autoridad en la que los chicos depositen las decisiones y apunten los reclamos, ellos deciden y respetan las decisiones, estén de acuerdo o no.
Por supuesto, en ocasiones, hay broncas y enojos, lógicas de la pasión que tienen quienes juegan, pero no pasa de ahí. “Jueguen tranquilos”, “Más despacio”, “disculpa” o extenderle la mano al rival en el piso, son monedas corriente en cada sábado en el Gimnasio Municipal Nº 2.
Una vez finalizado el partido los equipos vuelven a juntarse en mitad de cancha, y una vez más deben ponerse de acuerdo, esta vez en quien se lleva el punto valorado. En esta instancia aparecen discusiones, recién terminado el partido aún hay enojos y reproches, pero se escuchan y con mayor o menor facilidad, una vez más se ponen de acuerdo y ellos determinan quien se ganó aquello que ellos mismos pusieron en juego.
Los jóvenes aceptaron la propuesta de que sean ellos quienes llevan adelante el torneo, entendiendo que allí van a jugar al fútbol, a estar en un ámbito deportivo, a competir, a poner sus propias reglas, a cumplirlas y hacerlas cumplir.